viernes, agosto 04, 2006

Una cita en el Garnier

Querida Pamela:
tanto tiempo buscándola y es cierto que existe. Le propondría vernos algún día de un futuro próximo en un baile de la Opéra Garnier de Paris. No olvide llevar su máscara. La reconoceré por su perfume exótico de Oriente. Dentro de poco será Olimpia.
Suyo,
Gustave Flaubert

(Colaboración de una Invisible)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aquí está el manifiesto. A falta de ligeros retoques....

El Collegium de los Invisibles, la Comisión del Mapa y de la Sombra detrás del Mapa, después de un año jubilar de deliberaciones en Ca-ravaca de la Croix, ha decidido que este manifiesto se escribirá en castellano aunque las preguntas serán respondidas en francés.

El Collegium, castigado con el exilio de la península de la Magdalena y constatando la imposibilidad de la vuelta al paraíso, envía a Poggio Bracciolini en calidad de viajerólogo a la agencia de viajes Pedro Tafur S.A.

-¿Qué buscas Poggio?- exclamó Tafur.
-¡Pedro!, el Collegium necesita con urgencia una promenade o un walking, ¡Tanto monta!
-Fletamos en breve dos paquebots: el Cupiditas Non Petita y el Curio-sitas Manifesta. Pero, ¡Cuéntame Poggio!, ¿Quiénes van en el barco?
-Nos confesamos pecadores todos, a saber: tres nestorianos, cinco paganos, cuatro tridentinos, dos malandrines, siete idólatras con tar-jeta joven, dos brahmanes en viaje de formación…y un perro que no deja de mirarnos, ¡el muy perro!
-Te garantizo, Poggio, un viaje romántico dieciochesco entre lo oceá-nico y lo exótico, entre los rosales de San Luis y el mar de los Sabla-zos…una promenade cuesta abajo.

De la playa del San Dinero, la noche de San Brandán, entra-ron?...¡No!...Salieron las naos. La Cupiditas del almirante Chunguis Khan puso proa a oriente y la Curiositas, mandada por el comodoro Emmanuel Kant, viró a poniente.

Mientras, Plotinho, que no viajaba por lesión, les animaba desde Te-rra Firma al grito de ¡Apuleyooos, oé!, ¡Apuleyooos, oé!...

Desde el inicio de la travesía el capitán de la Cupiditas notó ciertos problemas en la interpretación de sus órdenes, cuestión de la que el timonel Omodeo declinaba toda responsabilidad aduciendo encontrar-se en viaje de formación.

Fue durante una escala en Cipango, realizada a petición de Don Ruy González de Clavijo con objeto de visitar el aseo modelo Niágara y repostar cerveza-sin, cuando Alejandro Magno, volando a media al-tura, fue hecho prisionero por orden de Tamorlán. Era sospechoso de haber dejado embarazada a la Reina de las Amazonas. Pronto se de-claró inocente clamando: ¡El semen era egipcio, pues sólo Egipto pro-duce papiro!

A pesar de no contar con el mejor de los poetas, fue absuelto por falta de testimonios históricos.

Al borde del motín decidieron abandonar su condición de peregrinos para ir en pos de las movedizas minas del Rey Salomón. Sin embar-go, una galerna del Cantábrico truncó la metamorfosis.

De la Cupiditas nunca más se tuvo noticia, debido a cuestiones técni-cas, entre otras… Así que la naviera se hizo cargo de la inexcusable e inaplazable indemnización prometida a la Asociación de Viudas del Cupiditas y de la Recuperación de su Memoria Histórica.

Al mismo tiempo, la Curiositas siguió la ruta del Grand Tour, pero tras el positivo de Goethe por almáciga de Quío, éste fue deportado a la isla del Cañadío, experiencia “erfahrung” recogida en su Kanniadis-che Raise, manual a su disposición el la biblioteca de Wolfenbüttel.

Treinta grados más o menos longitud oeste más tarde, Colón, presa del síndrome de Stendhal confundió manatíes con sirenas, casóse, alumbrando finalmente esciópodes opistodáctilos.

Pamela, veinte años después, destejiendo su tapiz tras el walking en zapatillas de franela, dijo:
-¡He llegado al final, y todavía no he empezado!

Todos nosotros que fuimos peregrinos, nos volvimos viatores. Ahora no tenemos ni idea de qué somos, ni bolsillos a medida en los que guardar tanto interrogante. La Curiositas mantiene su rumbo, desilu-sionada de ortodoxias busca aún su heterotopía, su Jerusalem celes-te… ¡La Alianza de Urbanizaciones!

Este manifiesto ha sido patrocinado por la Agencia de viajes “A Todas y a Ninguna Parte” del Corte Inglés.


Santander, 28 de julio de 2006.